Al contrario que la cruz, pueden estar operativas las 24 horas. Lo ideal es que promocionen no solo productos sino también consejos sanitarios y los servicios profesionales.
La farmacia tiene que abrazar siempre la idea de proyectar una buena imagen al exterior. Y es que su estrategia de atraer clientes pasa, en gran parte, por un impacto visual en su zona de influencia. La cruz y el escaparate, hasta hace bien poco, eran los dos principales exponentes, pero a este clásico binomio ahora hay que sumarle las pantallas LED. Todo sea para capturar al viandante e introducirlo dentro de la farmacia.
Las pantallas LED están tomando los escaparates de las oficinas de farmacia. «Nuestra recomendación es instalarlas por dentro de los escaparates, pues en el exterior están muy expuestas al vandalismo y otros factores que las pueden deteriorar», explica a CF Jaime Pérez Forné, director comercial de Expofarm, empresa de equipamiento farmacéutico. Eso sí, la principal premisa en esta ubicación es que la pantalla en cuestión tenga más de 6.000 nits para evitar que el sol deslumbre e impida ver el mensaje con claridad, recomienda.
Una de las principales ventajas que tienen las pantallas LED frente a otro elemento visual clave en la farmacia, como es la cruz, es que puede estar operativa 24 horas al día. «Por normativa, la cruz debe estar apagada cuando la farmacia está cerrada para no crear la sensación falsa de que está abierta; en cambio, la pantalla puede mostrar constantemente los mensajes que queremos transmitir a la ciudadanía», agrega.
En este sentido, no hay que olvidar que, aunque no haya prohibición horaria con las pantallas, sí que hay que cuidar la intensidad de la imagen. «En algunos casos sí que se han dado quejas de vecinos por la noche si la pantalla emite mucha luz, pero vienen con sistemas programados para atenuar la imagen a cierta hora y no molestar al vecindario», describe.
El consejo por delante del publicitario
El farmacéutico tiene manga ancha a la hora de promocionar cosas en la pantalla LED de su farmacia. Solo hay una excepción: los medicamentos.
Un espacio cálido para inspirar cercanía y confianza
En este sentido, se puede encontrar con el dilema de si apostar más por mostrar productos de parafarmacia o por el consejo y servicios que ofrece en su establecimiento sanitario. «Nosotros aconsejamos mostrar más el consejo profesional que puede ofrecer el farmacéutico, aunque dependerá siempre de la imagen que quiere transmitir el titular al exterior», puntualiza.
Así, las pantallas LED pueden ser el soporte ideal para la difusión de consejos sobre el uso de aerosoles o protección solar; promocionar cursos o informar sobre servicios como el de nutrición o los sistemas personalizados de dosificación (SPD) para polimedicados…
Bien visible y unos 6.500 euros de precio
A la hora de elegir el tamaño de la pantalla hay que tener en cuenta varios factores, como la proporción de espacio que ocupará en el escaparate y hasta dónde será visible en el exterior. Por eso, hay que medir bien y utilizar un cuerpo de letra suficientemente grande para que se pueda leer en un golpe de vista cuando pasa alguien.
Una medida estándar bastante utilizada es la de 1,80 metros de ancho y 1,34 de alto. «Con estas medidas se ve bastante bien y no se deforma la imagen en caso de que metamos vídeo”, detalla Pérez Forné.
Los precios de este tipo de pantallas rondan los 6.000-6.500 euros más el soporte, aunque el retorno suele ser cuantioso según este experto. «La farmacia gana en visibilidad y eso acaba provocando que entre más gente y que haya más beneficio. Uno de nuestros clientes estaba en una calle sin mucha visibilidad y desde que puso la pantalla ha aumentado la facturación un 30%», ejemplifica.
El producto entra por los ojos y las pantallas LED aparecen como un gran aliado para que la farmacia gane visibilidad en la calle.
Artículo publicado en Diario Médico. Ver el artículo aquí